martes, 30 de marzo de 2010

De "citas célebres", "ciber-citas" y "otras angustias"...

No recuerdo cuando tuve la última "cita célebre"...
Obviamente, no me refiero a ningún pensamiento filosófico...
Me refiero a las citas o encuentros en general.

Que es una cita?
Pues la respuesta depende de si la cita es por trabajo, con un conocido, con un desconocido, una cita organizada por tus amigos, una cita al ginecólogo...

Y digo que la respuesta depende, por la diversidad de sentimientos que experimentamos, según sea la cita.

Si es una cita de trabajo, diferente es quedar por trabajo, que tener una entrevista.
Quedar por trabajo, forma parte de la rutina, puede producirte mayor o menor estrés, pero creo que es algo que se puede controlar.

Si es una entrevista de trabajo, ahí la cosa cambia, porque tengas la edad que tengas, la ansiedad, en mayor o menor medida, siempre está ahí...

Citas con conocidos y/o amigos?
En este caso, el lugar donde vivas será el factor que influya en tu estado de ánimo.
No es lo mismo vivir en Bilbao o en Barcelona o en Sevilla.
Si vives en Sevilla, quedar aunque sea con un conocido ya te pone de los nervios, porque al parecer es la ciudad del redondeo: "a que hora quedamos?", respuesta: "a primera hora", "ya si eso yo te llamo", "10.30/11".

Luego con el tiempo vas aprendiendo que "primera hora es a partir de las 10.30", "ya si eso yo te llamo", significa "no tengo la mas mínima gana de salir" y que "10.30/11", quiere decir que con suerte llegará a las "11.15" ("si eso").

Las citas organizadas por los amigos/as, son un poco mas "light", porque estas entre conocidos, es mas fácil tener tema de conversación, etc...

Las citas con el ginecólogo siempre me han resultado estresantes!!
Sea hombre o mujer.
Pero claro, es una especie de "caliz" necesario que debemos pasar al menos 1 vez al año.

Con mas de 40 y dos partos en el haber (con dolor, por cierto), sigue siendo un momento de incomodidad x 100.

Viviendo en Europa, no he vuelto a tener la opción de que la Seguridad Social provea de ginecólogas.
En mis últimas citas, me las he tenido que ver con señores de chaqueta blanca, acompañados por una ayudante con aspecto de travesti y de odiar a las mujeres.

Estás ahí, mirando de reojo a tus bragas sobre el banquito blanco, tus piernas abiertas y el médico, su ayudante con pinta de travesti, la enfermera, los residentes (si tienes suerte, no entra la limpiadora), pasando por ahí y mirando...
Empiezas a pensar: "que miran?" "me estarán comparando?".

Todo es controlable, porque normalmente el médico es feo y entrado en años (y en carnes) y su ayudante tiene aspecto de travesti.

Mal lo paso cuando el ginecólogo está como un "tren" y no tiene ayudantes, ni enfermeras pesadas, ni entra nadie ni por equivocación...
E intentas por todos los medios poner la mente en blanco y olvidar que estás en bolas delante de ese guaperas, para evitar tener fantasías y que tu cuerpo te delate.
Ruegas por favor que no siga preguntando: "que siente aqui?", porque temes que en cualquier momento se te escape algo como: "unas ganas que no vea!".

De lo dicho hasta ahora, me animo a decir que las citas "son encuentros", que según del tipo que sean, pueden ocasionar mayor o menor estrés.

Pero que me dicen de las citas con desconocidos?
También aquí hay que distinguir: están esas fabulosas primeras citas, que lo son sin querer, por ejemplo porque has coincidido por casualidad en el avión y has tenido al menos 10 horas para charlar y contarle 1500 cosas...

Y qué pasa cuando se trata de un desconocido?
Qué pasa si es un contacto de internet?

El sujeto en cuestión es alguien con quien has contactado a través de la red, pero también podría ser alguien con el que podrías haber contactado en la barra de un bar, en la calle, en el INEM...etc

Hay diferencia?
Nos seguimos sintiendo un "freak" por que hemos contactado por la red?

Pienso que la diferencia está en el hecho de que "si contactas en la barra del bar", por ejemplo, tienes los datos imprescindibles en forma directa: como está vestido, si fuma, si bebe, si tiene pinta de yonki, etc.
Luego tendrás la oportunidad de saber si tiene algo en la cabeza o no...

El momentazo viene cuando has quedado con alguien que has conocido por internet...
Por qué en realidad... que sabes de él/ella?

Si bien se pueden saber muchas cosas: si escribe sin "horrores" de ortografía, puede que tenga cierto nivel cultural; si tiene sentido lo que dice, puede resultar intelectualmente estimulante; si no te cuenta cada día una historia diferente, en principio no es un mentiroso compulsivo..., en realidad no sabes nada más o si?

Recuerdo uno de esos "momentazos" vividos años atrás.
No tenía pareja y mis hijas pasaban el verano con su familia, fuera de España.
Aburrida y acalorada, entré en un portal de esos que ahora prometen "3 citas al año o le devolvemos su dinero".
En aquel entonces era gratis. Paso de pagar por chatear!!

Total, contacto con un hombre blanco, de unos 30 y algo, que se autodefine como "médico".
El divorciado, yo también, inevitablemente caímos en el tema: "nunca sabrás con quien te has casado hasta que no te divorcias".
La verdad es que la charla estaba interesante, era de noche, hacia calor y me dice: "que te parece si continuamos la charla con una cerveza bien fría?".
Pues no me pareció mal idea.

Fijamos hora y sitio. Y yo me lancé a mi armario a buscar algo bonito, sin ser provocativo, algo arreglado sin ser llamativo, y encontré un vestido que me había comprado en el rastrillo de Madrid y pensé que era ocasión para estrenarlo.

Me dediqué a poner esmero en el maquillaje para resaltar mi super bronceado veraniego.
Y cuando decidí que estaba "de buen ver", salí de casa.

Llegué al sitio donde habíamos quedado, unos 3 minutos tarde y no vi a nadie.
Pensé: "bueno, igual he llegado temprano".

De repente "algo" se me acerca y me dice: hola?
Y yo, al borde del infarto (por el susto) le pregunto: ERES TÚ????
No lo podía creer!!
Había mentido con la foto, con la edad, con la especie y con todo? O durante el camino de su casa al lugar de la cita había sido abducido y manipulado genéticamente por los extraterrestres???!!

Igual cuando escribió "médico" yo interpreté que era médico y en realidad lo que quizo decir es que "iba al médico".

De las pocas veces en mi vida que me quedé sin palabras...
Cuando recuperé el habla, le dije: tú eres fulanito???
Pues no tienes nada que ver con la foto...
Y acto seguido le dije: tengo un terrible dolor de estómago, por lo que me tengo que ir. Y me fuí.

Me fuí indignada por el tiempo que había perdido "produciéndome" para estar presentable y por la mentira.

La mentira es lo que me puso mal, porque pienso que no tenía necesidad de mentir.

Al mentir, la otra persona te quita la posibilidad de elegir.

Si le faltaba un brazo o tenía una pierna coja y quería quedar, decidir era algo exclusivamente MIO. Yo tenía que decidir.

Qué sentido tiene ese tipo de actitudes?
Es del género estúpido que yo diga: "soy rubia y ojos claros", cuando soy todo lo contrario!!

De vuelta a casa, la pesadilla no había terminado: encontré un mensaje suyo diciendo que había sido la cita "mas corta" de su vida.

Le contesté que no me gustaban las mentiras y procedí a eliminarlo inmediatamente.

Todas las ciber-citas son así de malas?
Pienso que no.
Que gente mentirosa hay en todas partes.

Pero a que te sientes mas estafado si es por internet? O no?

Las malas citas dejan sabor amargo.
Sea por internet, sea la primera o sea la tercera con alguien que ya conoces, porque si no somos "honestos y claros", existe el riesgo de molestar al otro.

Y para evitar eso, creo que primero tenemos que ser "honestos y claros" con nosotros mismos y tener la madurez suficiente para conocernos y dar la posibilidad al otro de que nos conozca también.

Será que ya paso de los 40 y todo lo que pueda ahorrarme tiempo y disgustos: bienvenido sea!!

sábado, 27 de marzo de 2010

Héroe

Para poder visualizar el vídeo, copia el enlace y pégalo en la barra de direcciones.

http://en.tackfilm.se/?id=1270038684781RA96

viernes, 26 de marzo de 2010

Por qué nos cuesta tanto decidir?

Hoy he leído algo que me trajo a la mente viejas experiencias "catalanas", con una persona con la que tuve la relación más intensa de mi vida, el mejor sexo, la única persona con la que jamás sentí celos, porque había tanta confianza, había tanta franqueza entre nosotros, que nos lo contábamos todo. Y cuando digo "todo", quiero decir "TODO".

Pero como en casi todos los cuentos del S.XXI: ni terminamos felices, ni comimos perdices.
Tuvimos un problema que se llamaba "indecisión".
Todo estuvo bien hasta que llegó la hora de decidir: o te mudas a Sevilla o me mudo yo.
Y él no era persona que tuviera las cosas claras a la hora de tomar decisiones. Entonces la tomé yo: se acabó.

Hice bien? Creo que si, porque hice lo que sentía.
Me equivoqué? En algún momento después de la ruptura lo pensé, sobre todo cuando echaba de menos la intimidad que habíamos tenido.

Qué es entonces decidir? Por qué nos cuesta tanto?
Por qué le costó tanto decidirse, aún sintiendo que estaba con la mujer que quería?

Creo que nos cuesta decidir o que somos indecisos porque decidir implica "renunciar". Si las opciones son A o B, si nos decidimos por A, estamos renunciando a B y viceversa. Y las cosas se complican si además existe C o D...

Y creo que ahí está el "quid" de la cuestión: a quien le gusta renunciar?
Por qué nos enredamos en el "que habría pasado si yo no hubiera o hubiese"?
Queremos tenerlo todo, no queremos renunciar a nada y nos volvemos indecisos.

Pienso que aprender que no podemos tenerlo todo, es un signo de madurez.
Y saber renunciar? También.

Tan simple es? No, no lo es.
Por muy maduro que uno se sienta, no nos gusta renunciar a nada.
Es evidente que hablo de tener que elegir entre las cosas que nos gustan:
La mujer/hombre que me gusta o la ciudad que me gusta?
El trabajo que me gusta o el que me da más dinero?
El trabajo que me gusta pero que no me deja tiempo libre?.
Por qué, obviamente, deseamos vivir en la ciudad que nos gusta, tener la mujer/hombre que nos gusta, el trabajo que nos gusta y que nos da dinero y además nos deja el tiempo libre.
Sería ideal, a que si??

Y llega el momento de "decidir".
Ergo, tenemos que "renunciar".
Aparecen las preguntas del millón: si decides irte la pregunta es "que habría pasado si me hubiera quedado?". Si decides quedarte: "que habría pasado si me hubiera ido"?.

Hasta que punto esas preguntas son paralizantes e inútiles?
Creo que lo son en la medida en que no nos dejen disfrutar de lo que tenemos, porque son como una especie de "ancla" que impiden avanzar en el camino elegido, porque son preguntas para las que no tenemos respuestas!

La indecisión nos lleva a entrar en "crisis": "tengo que tomar una decisión".
Esa crisis durará, mientras dure nuestra indecisión. Una vez que decides, sales de la crisis. Ya no estás en crisis: tienes un problema nuevo y así sucesivamente...

Pasados los 40, tener ese tipo de crisis es "un artículo de lujo" que algunos no podemos permitirnos.
Si llegada a cierta edad no has aprendido que no se puede "tenerlo todo" o esperar a "tener el 100% de seguridad para poder decidir", es que el día que enseñaron "seguridad" faltaste.

Los otros días vi una comedia sobre un agente de seguros, que tenía un programa para "calcular riesgos", lo utilizaba para evaluar a sus posibles clientes asegurables ("Y entonces llegó ella", en inglés "Along come Polly").

Hasta que no podamos tener nuestro propio "riskcalculator9000", tendremos que decidir nosotros.

Después de re-leer lo que he escrito, me queda una duda: seré indecisa o insegura?
Como no tengo respuesta, creo que será tema para una próxima entrada...