jueves, 8 de abril de 2010

El extraño y fascinante mundo de los 30añeros

Cómo descubrí ese grandioso e inagotable mercado?
Fue hace un par de años, viajando en bus a Madrid por falta de presupuesto para el AVE.

Eramos un grupo de 5, y entonces yo elegí sentarme sola en el asiento del pasillo. Acto seguido procedí a colocar mi bolso en el asiento de al lado (el de la ventanilla), para evitar que alguien quisiera ocuparlo.
No tenia ninguna intención ni humor para viajar compartiendo asiento con nadie.

De repente capto cierto movimiento, gente que se levanta, que se cambia de sitio, se colocan, se vuelven a cambiar.
Y ya me entran los sudores y pienso: verás como no falta "el zopenco" que venga a preguntar si el asiento de la ventanilla está libre.

Con mi mejor cara de "pocos amigos", veo que se acerca hacia mi un joven rubio, de unos 30 años y me pregunta: puedo?

De muy mala gana, y no sin antes girarme hacia los últimos asientos del bus (habia uno libre en la última fila), para darle a entender que me molestaba, quito el bolso del asiento de la ventanilla y me levanto para dejarle pasar.

Saqué el libro que llevaba para esas "horas muertas" y me olvidé de mi compañero de asiento.

Cuando por fin el bus se puso en marcha, se apagaron las luces y decidí guardar el libro e intentar dormir.

Primera interrupción: entre sueños escucho "te molesta la luz?".
Mi vecino de asiento, preguntando si podia leer.
Recuerdo que le miré de reojo y le dije secamente "no me importa".

Después de eso, me dormí profundamente.
Habia bajado el "posabrazos" para marcar la distancia entre su lugar y el mio.

No se cuanto tiempo pasó, pero de repente siento algo en la espalda y me despierto con la sensación de que el "vecinito" me rozaba.
Lo primero que pensé fue que yo le estaba molestando y que me queria "poner en mi sitio".
Pero entonces recordé el "posabrazos" que obraba de frontera entre nosotros y me dormí otra vez.

Al cabo de unos minutos, vuelvo a sentir sus dedos rozando mi espalda...
Y ya despierta del todo, me quedo inmóvil pensando con inquietud: "éste me está tocando???".

Seguí dándole la espalda, sin moverme y esperando a comprobar que no estaba soñando. No, no estaba soñando: mi compañero de asiento me estaba tocando deliberadamente!!!!!!

Y entonces me giro y le increpo: pero que haces?? cómo se te ocurre?? estás loco?????
Respuesta inesperada: si, estoy loco!

Mezcla de incredulidad y estupor... me quedé muda!
Me dijo que "yo me habia dormido invadiendo su espacio"...
Pero eso no concordaba con la respuesta "si, estoy loco".
Ni con el "posabrazos" haciendo de frontera.

Me di la vuelta, y muy enfadada, le pregunté acerca de la peregrina idea que le habia llevado a hacer semejante cosa!
Argumenté que yo era una mujer mayor, que como podía ser tan atrevido, etc, etc.

Fue alucinante escuchar algo así como "no pude resistirme".

Como siempre que me pasan cosas inesperadas, me costó situarme y adoptar mi postura de "señora mayor de 40, con cargas de familia".

Así que seguí con la reprimenda de "como te atreves", etc, etc.
No recuerdo bien lo que siguió, pero si que me rozó con su pierna y que yo no quité la mia...
Y que acercó su mano y que yo senti sus dedos, su calor y que fué increíble!!

Fue una loca aventura de "6 horas" hasta que vimos las luces de Madrid.
Me pidió mi número.
Y en otro completo estado de alteración morbosa de mis facultades mentales y de una incapacidad total para comprender la "criminalidad" del acto y dirigir mis acciones: marqué mi número en su móvil. Solo el número, sin nombre.

Pasé el puente de la Constitución alucinando con la experiencia, intentando no perderme en las conversaciones con mi gente, viviendo una especie de "limbo" entre realidad y recuerdo y llegando a creer que lo habia imaginado!

Al tiempo de regresar a Sevilla, recibí un sms. Supe que era suyo.
Quedamos para tomar un café. Recuerdo que hacia mucho frío.
Era mucho mas guapo de lo que yo recordaba. Y tan joven...
Solo charlamos, me contó cosas de su vida, yo algunas de la mia y ahi quedó todo.

No me dijo su nombre. Yo tampoco el mio.

Eso pasó en invierno. Llegó la primavera y luego el verano.

Una tarde de agosto, recibo un sms inconfundible: era "él".
Estaba sola, sin niños, sin nadie y quedamos para ir a tomar algo por la noche.

Charlamos y charlamos hasta que nos echaron de todos los bares.
No paso nada mas allá de unos cuantos besos de despedida.

No volví a verle. No se como se llama, ni donde vive, ni nada.
Solo se que me descubrió un mundo nuevo y sin explorar: los 30añeros...

La protagonista favorita de mi serie favorita en uno de los primeros capítulos se pregunta si los 20añeros "serían la nueva droga de diseño".
Y yo me pregunto si los 30añeros lo son para mi...

Solo se que esa experiencia fue como si me hubieran quitado la venda de los ojos o como si me hubieran puesto unas gafas especiales, como la de los super-héroes.

Comencé a verles por la calle.
A cruzarlos por todas partes.
Descubrí que la ciudad estaba llena de jovenes guapos, vitales, mentalmente estimulantes y a los que yo les resultaba "sexy y atractiva".

Escuchar "te ves mucho mas joven" es gelucinante (eso significa mitad genial, mitad alucinante).
Y al parecer estoy en una edad en la que "necesito ese tipo de seguridades" (risa).

En mi defensa diré que a todos "nos gusta gustar", a que si?
Tengamos la edad que sea.

Saqué el tema en mi heterogéneo grupo de amigas y todas coincidieron en que nos atraen por que son jovenes y vitales y que ellos se sienten atraídos por nosotras porque tenemos las cosas claras, nos hemos liberado de muchos prejuicios y todavia estamos de "buen ver".

Yo creo que es algo mas...
Es un poco como volver a vivir tus "30", recordar el idealismo que te motivaba, las ganas de triunfar laboralmente, los primeros años en pareja...

Los mongoles tenían la costumbre de casar al hombre con una mujer mayor y experimentada.
Pensaban algo asi como que la mujer maduraba antes y debía iniciar al marido.

Y creo que tenian razón.
Nosotras "mejoramos" con el tiempo y ellos "pierden potencia"...

Y además, si ellos pueden "lucir" a una jovencita a su lado... por qué nosotras no?
Será sexista el pensamiento? No lo se...

Sólo se que todos los chicos de 30 que conozco están de escándalo!
Sobre todo si llevan uniforme y ponen multas...mmmmmm

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